Algunos autores como Máñez, Navarro y Bou refieren que podemos encontrar los orígenes hacia los siglos XV y XVI, en la ciudad húngara de Kocs, situada a unos 70 kms de Budapest (entre Viena y Pest), convertida en parada obligada para descansar cuando se realizaban viajes entre las tres capitales. En esa ciudad se hizo cada vez más popular el uso de un carruaje caracterizado por ser el único provisto de un sistema de suspensión y que además era mucho más cómodo que los carruajes tradicionales.

Entonces comenzó a hablarse del kocsi széker, o sea el “carruaje de Kocs” como símbolo de la excelencia. De esta forma, el término kocsi (pronunciado cochi) pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio y al español como coche.

Por lo que al parecer, la palabra coach (coche) proviene del húngaro y designaba al vehículo tirado por animales que transportaba personas. Es así como el coaching, de alguna manera, también transporta a las personas de un lugar a otro, de donde están hoy a donde quieren llegar en el futuro.

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